Ya no me reconozco.
Desmejorado, no encajo entre tantos cachos en los que he convertido a este espejo.
Ya no encajo.
Entre tanto conocido caducado. Sólo quedan recuerdos más valientes que sus muecas, desmejoradas también por el matrimonio entre la valentía y el egoísmo.
La maldad siempre quedó en segundo plano...
Es la puta que no puedes chillar en voz alta, pero a la que te tiras cuando tu mujer se olvida de que te quedaste con hambre.
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¿Los mejor de nuestra relación?
El silencio.
Mirarnos y callarnos.
Y que hablen nuestros ojos...
los culpables de querernos tanto... los que decidieron nuestro destino desde el primer momento...
Y que desde entonces, nos mantienen encerrados aqui debajo...
maniatados y cara la pared. La virtud de no ver, es que me fío que quererte es suficiente.
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Ya he acabado conmigo. Y ahora un rio de pasado cae por mis piernas... cómo el que proclama la derrota de un cuerpo, cayendo por dentro, destruyendo el último muro... que levante con tu foto colgada. Por si queria estar contigo, con solo acercarme.
Angel Bueno.
Ya ves tú.
Un mar de palabras, revueltas sin querer decir nada.
Y navegando sin saber como encontrarlas, aquí me encuentro.
Algunas veces despierto, otras sin dormir.
Algunas veces durmiendo, otras sin vivir.
Y cuando todo eso me falla...
Siempre me queda escribir.
Para llenaros de palabras, los inmensos mares de imaginación y apropiación de identidades. Y que vosotros/as, sepais darle sentido, a este mar sin norte ni viento que le importe...
Porque entonces llegaré un día a la orilla... y sabré a que sabe un buen domingo por la tarde.
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