martes, 5 de noviembre de 2013

Limites Distócicos.


Todo cruje a mi alrededor, un instante, noto volcar mi realidad y vaciarme hacia abajo... salir corriendo en una sola dirección y volar hacia donde siga mi pensamiento...
Infinita ingenuidad que me deja a solas con la oscuridad de mi pensamiento. Me callo.
Espero que diga algo que se dirija a mi, y no, no obtengo nada.


Una pausa.
Un instante glorioso de pausa. 
No es el silencio, no es el zumbido que acompaña el vacío el que me deja pensar ahora.
No es la sensación que conduzco.
Ni que me dejo llevar.

Es una ligera mezcla de verdad, de delicada brisa que me hace elevarme a otro estado en algún lugar. Ahora estoy en una pausa que no sale ni en los mapas.
Construí una parte de mi con el pensamiento de otro y ahora me cuestiono si es real. 
Si las paredes de mi realidad están hechas por mi o por otro que me dijo hacia donde tenía que mirar y dónde las tenía que fijar.

No conduzco mi mente pero si que le doy fuerzas y voluntad. Calmaré voces con la idea de no escucharme a mi solo. Dejaré que me hables con la idea de entenderme. 
Huiré fuera de esta cárcel, con la idea de encontrar mi lugar.
Construiré un lugar con la idea que es todo producto de mi voluntad, energía, mente y claridad. 

Con la idea...
Crujir mi alrededor, volcar mi realidad y vaciarme hacia abajo. 
Correr en una sola dirección y volar.
No escucharme y entenderme. 
Huir para encontrar un lugar y construir en él.

Con la idea, de una pausa.
Un instante glorioso de pausa.
Y volver a empezar. 












Angel Bueno.

Sueñas con un instante de verdad y no nos hemos preguntado nunca si de verdad la queremos. 
Dormimos por soñar o soñamos por dormir...
Ni sabes donde comienza tu deseo y donde acaba tu arrogancia.
Ni tampoco te lo preguntas. Porque es ligeramente más sencillo plantar las paredes de los limites donde te dijeron que debían estar, que plantearte si las paredes tienen alguna utilidad que la de no hacerte pensar.

Pensar. Sufrir por el cambio y la inestabilidad.
A una vida que no conoce un camino asfaltado y de calidad, no se le puede plantear paredes sin cuestionar su funcionalidad. 

Y si sufro por pensar y después de una vida consigo la misma lógica de crear paredes para dejar de hacerlo... Las pintaré, las deformaré, les pondré paisajes y las adornaré. 
Llevarán mi nombre y mi vida, serán mi sufrimiento y mi camino, mi pensamiento, mis ideas, mi verdad.
La lucha que ha conseguido deformar lo que tu ni siquiera te habías dado cuenta que existía. Tus limites.