martes, 27 de diciembre de 2016

Bloqueando Recepetores del Dolor.



El dolor existe, el dolor es real. El dolor limita nuestra sensación de libertad, el dolor huye de nuestro cuerpo para ocupar allá donde llegue nuestra vista. 
Existe o eso creemos. Modifica nuestro pulso, nuestra transpiración cambia, estamos peor perfundidos y nuestras células hacen lo imposible para que dejes de sufrir. Pero tu sigues con dolor.
Por lo tanto existe.
Por lo tanto existes.

Lo doloroso de él, es que creo que es lo único de lo que verdaderamente nos creemos inferiores. 
Él llega y tu cedes. Cambias para él. Cambias tu voz, tu actividad, tus costumbres, tu forma de andar, tu respiración, tu olor, tus latidos, tu forma de ver el mundo, tus pensamientos, tu aptitud y tu actitud. 
Cambias Involuntariamente para que simplemente él se sienta en casa y te deje en paz. 

Sé sincera. Hay veces que tu dolor lo transformas. Lo haces evolucionar, le pones nombre y apellidos. Le das trabajo y estudios, incluso, historia. 
Sé sincera. 
Hay veces que fui yo.
Y entonces cambié mi forma de ver, mi actividad, mis costumbres, mi olor, mi respiración, mi forma de andar, mis latidos, mis pensamientos, mi casa, para que estuvieras en paz. Pero yo a eso, lo llamaba Amor. 
No dolor.

Entonces... ¿El amor existe?
Si duele, es que es real. 
Y si es real, ¿cómo logras saber cuando soy amor y cuando dolor?.

El dolor limita la sensación de libertad y yo soy capaz de limitar tu dolor cuando tu libertad se reduce al espacio de un abrazo. Al cerrar los ojos tampoco ves más allá y si logro controlar tu respiración, tu dolor se irá y quedaré yo.
Yo existo. Puede que sea producto de la evolución de tu dolor. 
Pero he venido para limitarlo y con tu ayuda, vencerlo.
He venido para quedarme.
Porque existo.







att. Angel Bueno.

El dolor existe.
El dolor te ama.
El dolor ha entrado involuntariamente para que cambies voluntariamente.
Y eso es amor. 

lunes, 25 de enero de 2016

Me gustaría ser Enorme.



Me gustaría ser enorme.
Enorme en memoria.
Me gustaría escoger mis recuerdos como un diccionario y definir todo aquello que sin decidirlo (a veces), se fija en mi cerebro y no hay forma de saltármelo. 

Enorme, como toda la gente que sigue a mi lado. 
Toda esa gente que ha pertenecido a mi vida y que sin decidirlo, la han desmontado o la han reconstruido. 

Enorme, como un sueño infantil.
Escoger todo aquello por lo que estamos programados hacer... y llevármelo lejos, rodeado de montañas y soledad. 
No marcharía, solo seguiría mi camino.
No siento que me quede mucho tiempo por aquí, no siento que tenga que sentirlo. 
Hay caminos lejos, llenos de dolor y belleza que llaman mas profundamente que cualquier estabilidad preestablecida que me oferten. 

Enorme.
Como el valor de levantarte. Como la sensación de equivocarte para solamente volver a levantarte...
No he visto mejor amanecer que después del gran golpe.
No ha habido mejor amanecer, mejor cambio, que cuando decidí vivir. 

Enorme, sintiéndolo y viéndolo. Como cuando te crees una película y la sientes parte de ti, no ha habido mejor guión que el que me ha hecho reír, llorar o simplemente... callar. 

Me gustaría, ser, parte de vuestro error y acierto. 
No me imaginé que cuando estudiaba, solamente me preparaba para ser yo mismo y hacer lo que mejor se me da, hacer reír. 
No he visto mejor resultado en la relación de paciente-enfermedad, que el de una sonrisa. Os lo prometo, apartar más a menudo las técnicas y reciclaros en sonrisas. No te quitan la enfermedad, quizás, a corto plazo, pero si que te hacen olvidarla aunque sea por un solo instante, un instante que le regalas... vale más que por todo aquello que estudiaste. 

Me gustaría... mostraros que jamás quise descubrir mi peor parte. He convivido con ella, la he tratado y hay veces que como es normal por su naturaleza, supera la voluntad de parar. Alomejor porque yo la he dejado, alomejor porque ella lo necesitaba. 
Enormes serán, cuando salgan, los descubrimientos que hará, al notarse sola. 

Me gustaría ser enorme.
Y os doy las gracias, por ponerlo difícil y fácil. Por estar y desaparecer. Os doy las gracias por engañarme y decirme la verdad. Por hacerme daño y curarme. 
Pero me gusta pensar que he sido yo quién ha aprendido todo ello...







Esta carta es un nudo de voluntad que he tenido que recortar. Unos cuantos vozarrones que no he sabido controlar y muchos deseos que he querido dejar atrás. No puedo entender aún cómo pueden estas hojas vaciar todo aquello que ocupa mi mente y mi corazón, pero no pararé de hacerlo hasta que se acabe la tinta o se me acabe el camino. 
Me gustaría ser enorme, pero no eterno... No tendría suficiente tiempo para dejar de amarte.


Angel Bueno. De nuevo. El de siempre.
Por cierto... que sepais... que las mejores versiones de uno mismo están frente al espejo, en los peores y mejores momentos... pero también en los que te atreves a mirar cuando estás sol@.