jueves, 25 de abril de 2013

ApopTosis del espacio que existía enTre una emoción y la Letra de esta canción.


Supongamos que la letra de una canción ha transformado tu pensamiento y la emoción camina sola por el pasillo a oscuras, sintiendo ella sola, toda la razón en su piel y todo el valor en sus piernas. 

Bajo la suposición y solo bajo ella....

La letra se queda estacionada dentro de la habitación, la emoción se asoma de repente al comedor y funde las paredes para formar... porfín, la mejor de sus excusas. 

Después, ya sin paredes y sin razón para que el techo se sostenga, este cae y construye un nuevo suelo. 
La letra se sobresalta.
Y no entiende qué y porqué de tanta destrucción.



- ¡Cariño!, estamos cansados de tanto dolor y golpes sin color... (Dice la letra).

- Supongo. (Contesta la emoción).


Por suponer, supongamos, que el enfado/ira/tristeza domina la situación.
No hay techo, ni hay paredes que paren el viento y la destrucción que domina el exterior.

Y.... 


- Pienso que has tenido un mal día, querida. (Dice la letra)

- Supongo. (Dice la emoción)



Por suponer, supongamos, que ahora la letra se sienta sobre el nuevo suelo y se da cuenta que está encima del techo de su comedor.
No hubiera imaginado jamás, que tacto tenía ni que desde "aqui arriba" las cosas fueran tan diferentes y atractivas.

Todo un error se supuso, en un supuesto final de la destrucción.

Y de ese error, una nueva suposición.


¿Cómo iba a nacer un atrevimiento de la emoción, con más razón que la propia letra que solo estaba estacionada dentro de la (ya antigua) habitación?.

Y es que, aún cuando piensas que el atrevimiento y el valor que conservas bajo el miedo y la emoción de un pasillo a oscuras, te va a hacer desaparecer dentro de la casa y con la letra como única y final compañera...
Un golpe de... de...
Rompe tu alrededor.

Y lo que antes te cubría, ahora forma parte del nuevo suelo que pisas.

No es más que una canción vacía de letra y con la emoción como principal culpable del destrozo que posiblemente cause en tu corazón. 


No es más que una suposición que se atreve a imaginar la letra en el sillón, después de toda una eternidad convencida... que solo ella, le daba a la emoción, sentido y dirección.














Lucas Bueno Luna.

Y suponiendo que todo sucede y que nada puede hacernos retroceder de dirección pero si de mirada, sentimiento y emoción...
La letra construye de nuevo una canción, vacía de emoción.
Con un nuevo suelo y un nuevo color.
Ahora todo será diferente para la letra, todo y aunque ella siempre construirá y construirá. 
Hasta que vuelva aquella emoción que se fue y los dos se den cuenta...


Que....



Aquí nunca hubo canción. Solo Amor.



miércoles, 10 de abril de 2013

Puño Percusión. Y arder con un segundo en mis Manos.


Hay veces que hablar de que estás perdido es sintoma de que conoces el camino pero és demasiado para tí, en ese momento o en otro, en un futuro no muy lejano. 
Sucede que sin planteartelo se inmovilizan tus sentidos y quedas absorto. En silencio rescatas un momento y observas tu entorno.

Date la oportunidad de dar un golpe.
Uno que suene.
Que nos despierte y nos lleve a donde la tierra sepa que estamos de nuevo encima de ella. 


Lo difícil de este sonoro reclamo de un dolor propio, es que confundimos decisiones y realidades.
La autodestrucción de uno mismo y el surfear la realidad como si fuera una ola rápida que se va a escapar... nos hace caer en un bucle que no tiene ni dirección, ni significado. 
Ya quedaron atrás los instantes que eternos hacían los latidos que admirabas en el cuello de la mujer que amabas. Y que estos rítmicos y seductores latidos te hicieran caer en el sueño más profundo y amnésico que recuerdas. 
La calidad de ello, era que el infinito no tenía lugar en ese espacio. 
Ni el infinito ni el destino.
Solo importaba su piel y su corazón.
El cómo fuese a terminar el mundo daba igual, sólo deseabas verlo latir una vez más y así completar el enigma de (cómo podía hacerme sentir que...)... "si sigue latiendo así caeré de verdad hasta el fondo de su alma y ya no podré salir más". 






Un golpe. Y una oportunidad.
Un reclamo de un dolor propio, sin tener que confundir decisiones ni realidades.
La tarea más difícil que al ser humano se le obliga a atender a lo largo de su trayectoria.
Conocerte frágil y desnudo frente las pruebas de la vida.

Sin desearlo y obligarte a aprender, a respirar, a despertar otra vez.


Un golpe, tuyo.
Y darse una oportunidad.
Que aquellos instantes que ya son parte del recuerdo formen el gesto que te haga moverte de nuevo. 
Que su sonido que reina en aquel profundo regazo en el que caíste y del que no saliste, suene durante los quejidos sordos de dolor que gobernarán cuando golpees de verdad... esta obsoleta realidad. 

Solo necesito la chispa cariño.
Estoy buscando, dame un segundo.
Que de todos los que me acarician el rostro, ninguno me ha preguntado....
¡¿Vamos?!














Lucas Bueno Luna.

Dos piernas.
Dos pies.
Un movimiento.
E inercia.



Dame una chispa y prenderé fuego a la vida. 

lunes, 1 de abril de 2013

Cerrar una hemorragia con palabras y dejar de coser.


Todo lo que se necesita, para respirar bajo la lluvia.
Es creerte capaz de mojarte sin pensar...
Qué haré para secarme cuando esto acabe.


Tirar canciones que no te ericen la piel.

Buscarte arrugas en tu rostro nostálgico de sonrisas. 
Ignorar paisajes perfectos que solo buscan llamar la atención. 



Golpear parachoques que no saben lo que es un buen siniestro. 

Suspirar al oído a la chica que vende su beso por un par de euros. 
Estrechar la mano de aquel que no le interesa nada de lo que tengas. 
Y que solo ansíe todo lo que seas. 



No se trata de intentar algo que está por probar.

Que surja de un deseo todo sentimiento y motivación.
Maniobrar un giro y que este de ganas de volverlo a intentar. 
No hablo de subir una cuesta para ver la cima y todo a mi alrededor.


Mis intentos saben a sudor.

Mis montañas caminan detrás mío.
A los esfuerzos les doy valor.
Las vistas las pongo yo. 



Jamás olvidé de donde vengo.

Me hiere pertenecer a algo que no camina conmigo.
Mis gestos cobran sentido después de que acaben contigo.
No volveré a escribir jamás, la misma palabra con el mismo objetivo.












Angel Bueno Luna.
El precio de una buena siesta, lo pago con noches como esta.
Ni tienen sentido, ni destino.
Forman parte de mi olvido.
Construyen y destruyen sentimientos.
Dejo huella para no perderme entre tanto barullo aquí metido.