jueves, 10 de octubre de 2013

Hemorragia severa sin Analgesia, sin Plaquetas.



Hay que definir el dolor, atarlo y reciclarlo. Definir sus limites y sus dimensiones. Atarle la legua y cortarle los brazos, ser sádico o sádica con quién te ha enseñado a serlo... es solo equilibrio. 



Si decides venir a hundirme, tendrás que saber que hay algunos que ya han golpeado en tu terreno. 
Todos triunfaron, todos los golpes dados dolieron y todos hirieron. Sangré.
Pero también sin decidirlo ni planearlo, dejé de sangrar y mis heridas cicatrizaron. 
No te desesperes, hiéreme, lo harás de nuevo porque sabes que soy el que está siempre enfrente tuyo. Sangraré. Llegará un instante que tu también lo harás, porque tu puño no es la primera vez que golpea. 
Entonces...
Sangraré.
Sangrarás. 
Mi piel dura y desdibujada con largas y expertas cicatrices te hablarán como dejar de hacerlo, lo de sangrar, claro. 
Y sin decidirlo ni planearlo, dejaré de sangrar y mis heridas se cerrarán. 
¿Y tú?

Sangrarás. 
Aún y cuando pienses que todo acabará en breve... seguirás sangrando.
Tu buscarás la cura mientras yo esperaré el siguiente golpe.


Y te cegarás en encontrar como dejar de sangrar... y te preguntarás cómo es posible que yo ya esté de pie y que ni lo haya decidido ni buscado.
Y yo me preguntaré porque no paras de lamerte las heridas y dejar que sangren... 
Mientras tu perdías la vida por las heridas...
Yo me preocupaba en aprender del dolor, el único que sabía quién era yo. 
El único que sabía mi nombre y sabía donde encontrarme.

Mientras tu perdías la cordura por las heridas y la sangre...
... yo esperé.










Angel Bueno.

Nunca he aprendido tanto del dolor como cuando mi enemigo me ha hecho arrodillarme de injusticia. 
Y sé que aún no sé nada.
Y que el rincón más oscuro de mi alma aún recuerda sonreír. Y es por eso, por lo que me levanto y me sacudo la piel.
Hay que saber decir basta al dolor que inmoviliza  pero no a la herida que no para de sangrar. 
Si lo hace... es porque no es el momento de andar. 

No hay comentarios: