viernes, 12 de noviembre de 2010

un regaLo, socioSanitario.


Desde fuera.
Árboles dejándose llevar, en este baile soy el último, espectador.
Solo y sólo, apoyado, en el rincón que jamás espera respuestas inmediatas.
Suspirando por todo el camino que se ha resvalado por mis pies... ignorantes al caminar.
Este es el resultado o no, de todo un deseo.
De una fuerza que me ha tallado en millones de momentos y esperanzas, deseos y frustraciones de una misma persona.
Que esconde millones de lágrimas y que disfruta a solas de las mejores sonrisas.
Que comparte las lágrimas ajenas y que provoca las mejores risas a su alrededor.
Y descuida su reflejo, porque es el que proporcionan, muchas veces, su mejor entorno.


Ellos.
Que dan el momento.
Y la sabiduría.
El instante.
La mueca.
El reflejo y la merienda.
De un alma hambrienta.
De ellos.



Desaparecido.
Y ajeno al lugar.
Se camina entre miradas y agradeciendo el permiso de esa situación.
Desconociendo el entorno y luchando por una mejor visibilidad.
No siempre es la prueba de la existencia lo que mejor se ve, sino lo que más profundo percibes.
Y sientes.

Cuando se da el instante.
Y funden chispas en espacios por momentos estrechos.
La union consolida el viaje. Y el fin percibe al medio como la fé del tiempo esperado.

...
Desconfianzas y desprecios.
Porqué el prisma no es el adecuado.
Y cuando conseguimos mirar.
Nos damos cuenta...
que existen muchas cosas por las que dar las gracias, y pocas por las que dejar de luchar.


Somos vida y luz.
Y hasta la oscuridad, no sabe existir, sin tu ausencia.















Angel Bueno.

Estudias toda tu vida, aprendes y evolucionas, te graduas, te diplomas con honores y esperas que la acción llegará a tu vida como un torrente en primavera de agua fresca.
Y resulta.
Que no es así.

Que el seco caudal.
Sigue seco.
Y de repente, en otoño, cuando según la experiencia, todo empieza a morir...
El rio empieza a vibrar y piensas llenarte de agua y de sed.
Y resulta.
Que no es así.

Que el seco caudal.
Sigue seco.
Y de repente, te das cuenta.
Que siempre esperabas agua que bajase por tu camino, y no bajaba agua, sino algo diferente.
Personas.
Experiencias.
Experiencia.
Dolor y una base.
Que te enseña la cara más dulce y como es normal la más amarga, de querer y cuidar.
De ayudar y aprender.
De que te quieran y te consigan ver... como tú te viste en aquel espejo... al que pedías, agua en primavera y viento en otoño.



La vida da mil vueltas y en mi camino se están poniendo personas que aun no siendo su mejor momento, saben sacar el lado positivo o no, de su presente. Y me desnudan sorprendentemente una nueva cortina, con la que he logrado ver un nuevo horizonte.
Tan lejos y tan bello.
Que asusta.

De momento, me conformo con sentarme a su lado, y esperar que me sonría y que se de cuenta de que estoy ahí por un corto periodo de tiempo en su vida, pero nuestro.



Una mirada.
Una caricia.
Un beso o un abrazo.
Un silencio.
O una experiencia, tanto buena como mala.
Que nos una y que selle ese momento...
Ahora algo suyo formará parte mia, y algo mio será parte suya... y eso no se lo quitará nadie.
Ni a ellos ni a mi.





Que te parece...



1 comentario:

Anónimo dijo...

Tener sentimientos bellos,
compartir experiéncias nuevas,
transmitir el sentir en un pliegue
de una tez pálida, inerte, donde dejar,escritas las palabras, que
surgen, nó pensadas, ya que del odre salen, como punzantes destellos, que en su lienzo escribes, para sellar la huella de
tu caminar eterno.
MªTeresa