Hace calor.
Bastante calor.
Y cuando fluye más dilatada esta vena, és cuando solamente cuando, se dilata, és cuando, se suscribe a saber algo más sobre mi corazón. Ahora llegas con más fuerza y con menos resisténcia, al gran musculo que te ha visto despertar... que te ha visto correr gracias a sus animos o fuerzas... por las autopistas del placer, del erotismo, de la singularidad, del desprecio, de la lágrima, del pensamiento y del olvido.
Ahora que no me quedan palabras, solo escucho correr entre mis entrañas, este silencio que me mata.
Ahora que solo hago que borrar y escuchar de nuevo el mar.
Ahora que siento que le viento me trae soledad y que yo visto de seda seca esta fria roca amarga, sé que miento más que nunca a mi lecho hambriento de verdad... ahora que no queda otra cosa que escuchar, yo quiero gritar y dejar mi voz entre ecos y suspiros.
Entre paredes que rebote, hasta el ultimo aliento de mi alma.
Solo.
Solo necesito esto.
Un grito.
Y que todo empieze de cero.
...
Ahora que nadie rompe el techo de encima de mi almohada.
Las lágrimas brotan solas.
Con ganas de fiesta...
Y comentan que han conocido de otras que no dan reproches cada vez que salen de casa.
Y las malas compañias aprenden de ellas...
Qué mi humedad ya no les hace falta.
Ahora corren salvajes por tus mejillas asfaltadas.
Ahora que ya no saben volver a casa, prefieren secarse... y que mi sombra les de un segundo para darme solo a mi, los mil colores con los que me dejaban dormir por la noche... cuando el techo les daba tregua, cuando dejaba que su reflejo jugara con ellas y no con el tiempo.
Miguel Angel Bueno no sólo un artista más, no solo sabe cantar.
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