miércoles, 8 de enero de 2014

Sin drogas vasoactivas, te encuentras sólo.


No hay norte, ni siquiera nos planteamos tenerlo. Solo se busca un giro, un roto, un vuelo que nos indique que nos estábamos moviendo, y dormir tranquilos.
No sé donde voy, pero está claro que camino.




[...

... después del vapor, de la humedad y del calor... en un reflejo me doy cuenta que no existo.
Que mis gestos y anillos de vida desaparecen tras un animo carente de voluntad.
Que las historias fantásticas surgen como islas en medio de un mar inmaterial. Ni hay ni deja haber.

Ni sol ni día. Ni luna ni noche.
Ni frío ni calor, solo sensaciones o recuerdos de lo que mi piel habitó.
Ella tiene más carisma que yo, más que esconder y que decir cuando nada sale de mí.

Supongo que detrás del escenario, arrodillado y escondido en la esquina donde nadie mira, ahí estoy yo, abandonando mis letras y callado sin respirar.
Pensando en que si paso desapercibido del tiempo, ni este, ni el destino me harán ser el protagonista de otra secuela más.
Pero es increíblemente imposible desaparecer cuando yo mismo me busco.
Fuerzo cada palabra y sonrisa para hacerme creer que respirar siempre fue un buen plan y que esto analgesia a mi alrededor, aunque en mi... creo que es un solo un antigripal.

...]



Después del vapor, de la humedad y del calor. Un repentino frente de vasodilatación inunda mi habitación. No contiene especies ni conservantes ni aglomerantes. Solo eso, vasodilatación.
Mucho flujo y mucho volumen a mi alrededor...
La tensión baja.
Mi frecuencia sube.
Y mi realidad pierde localidad.
No sé ni dónde ni a qué altura.
Mi respiración baja.
Y un sudor que carece de humedad aporta brillo a la imagen de esta situación.

Y de pronto...
Todo se contrae.
El calor se disipa y yo vuelvo a bajar de palpitaciones y respirar algo más.
Ni mi piel ni mi orientación están fuera de lo normal.
Se ha ido el instante y yo continúo preguntándome si es razón de algo o es solo algo con razón.



Y de pronto...
Duele. O no.
Pregunta o respuesta.
Confusión o este soy yo.
Un desarmado.
Un reflejo que desdibujado no quiere retornar a ser, y el egoísmo y su carácter antagonista ahora gobiernan sus actos.
Y este soy yo.
O no.









Angel Bueno Luna.

Ni el fondo de una copa ni el lateral de un anochecer, donde las luces y los colores dibujan una linea infinita de belleza... me han dado Norte. O es que quizás no exista y el buscarlo me haga estar perdido.

Me sugiere la existencia que mi alrededor está algo confundido y que necesito un empujón para demostrarme a mi mismo que soy capaz de vivir.
Aún y sin moverme, creo que seguís estando confundidos.
No son los viajes, ni los regalos, ni las cenas y el alcohol entre citas diferentes y confusión. No son las corrientes ni un acelerón.

Yo te diría lo que és.
Pero estarías en la misma posición que yo.
Y aquí solo.
Prefiero estar yo.